La mamografía es el examen más preciso para detectar el cáncer de mama en su fase inicial. Por eso, se recomienda como control anual en pacientes mayores de 40 años, pero podría realizarse a cualquier edad si el médico tratante lo indica ante la sospecha de una lesión mamaria.
La mamografía consiste en la realización de proyecciones de cada mama en dos planos a través de rayos. Ocasionalmente, para precisar el diagnóstico, se requieren proyecciones adicionales como las compresiones o magnificaciones.
Algunas pacientes, de acuerdo a los hallazgos de la mamografía o el patrón mamario, pueden requerir además ecografía mamaria complementaria.
Para entender el informe de la mamografía, es importante saber que existe un sistema estándar para describir los resultados, conocido como BIRADS (Breast Imaging Reporting and Data System), que organiza los hallazgos de 0 a 6.
Si la clasificación de BIRADS es 0, se debe repetir el examen pues ofrece información incompleta. 1 o 2 significa normalidad, por lo que sólo se indica volver a controlarse dentro de un año. Si la mamografía presenta hallazgos probablemente benignos, se cataloga como BIRADS 3, y a la paciente se le recomienda acudir a un control en 6 meses más.
Si la mamografía presenta hallazgos sospechosos de malignidad, su BIRADS es 4 o 5, y la paciente es remitida a un médico especialista ya que requiere confirmación de la lesión mediante una biopsia.
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